La ecolocación de los murciélagos

La ecolocación de los murciélagos se produce proyectando sonidos ultrasónicos desde la boca o la nariz y luego detectando los ecos que regresan de cualquier objeto dentro del alcance.

Los murciélagos producen estos pulsos en rápida sucesión para recibir una imagen actualizada periódicamente de su entorno. En otras palabras, una sola llamada proporciona al murciélago una sola instantánea de su entorno, mientras que una serie de llamadas proporciona una serie de instantáneas, de la misma manera que una luz estroboscópica nos proporciona una serie de imágenes escalonadas. A medida que aumenta la frecuencia de luz estroboscópica (o frecuencia de pulso), las imágenes separadas comienzan a percibirse como una imagen continua.

A medida que el sonido viaja a una velocidad constante en el aire, los murciélagos pueden medir lo lejos que está un objeto determinando la diferencia entre el momento en que se emitió la llamada y el momento en que regresa el eco. Si un objeto está lejos, las ondas sonoras tardarán más en regresar al murciélago que a un objeto más cercano.

Por ejemplo, en la figura, (a) tomará 1 m / 340 m-s-1 = 0.0029 segundos, mientras que (b) tomará 2.5 m / 340 m-s-1 = 0.007 4 segundos.

Las mediciones y la simulación de la agudeza visual y de ecolocalización han demostrado que la ecolocalización puede proporcionar capacidades de detección y seguimiento de insectos superiores a las que ofrece la visión (Fenton et al. 1998, Altringham y Fenton 2003, Boonman et al. 2013). Algunas aves como el chotacabras se alimentan de insectos, pero los estudios han revelado que su caza se limita al crepúsculo o noches de luna y a una dieta que consiste principalmente en insectos de tamaño mediano a grande (Jetz et al. 2003, Taylor y Jackson 2003), restricciones que no se aplican a los murciélagos.

El acceso a los insectos voladores nocturnos abrió un nicho para los murciélagos desde el Ecuador hacia el Norte hasta el círculo polar ártico y hacia el sur hasta los 55 ° S en una amplia variedad de hábitats y altitudes. La biomasa de insectos voladores nocturnos es considerable (Jackson y Fisher 1986, Gray 1993, King y Wrubleski 1998, Lynch et al. 2002). Los fósiles más antiguos conocidos de murciélagos con ecolocación también revelan que todos ellos eran comedores de insectos (Simmons y Geisler 1998). Una variedad de otras dietas, incluidas las frutas, sólo surgieron más tarde, entre los murciélagos que ya tenían un sistema avanzado de ecolocalización de insectos.

Traducido de BAT CALLS OF BRITAIN AND EUROPE. A GUIDE TO SPECIES IDENTIFICATION Russ J.

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1 comentario

  1. Jorge Sánchez

    Apasionante este mundo de los murciélagos. Y que requiebros más curiosos ejecutan en sus vuelos cuando localizan algún insecto. Gracias por el aporte.

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